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POST-CORONAVIRUS Y GESTIÓN UNIVERSITARIA
Dr. Augusto Pérez Lindo Ph.D. Profesor del Doctorado en Políticas y Gestión de la Educación Superior, UNTREF; Profesor del Doctorado en Educación Superior, Universidad de Palermo
Resumen Se propone en esta nota involucrar a las universidades argentinas en un programa de reconstrucción del país luego de la Pandemia actual. Se destaca la capacidad que tienen las universidades para realizar proyectos de los más diversos. Se enumeran algunas iniciativas posibles.
POST-CORONAVIRUS AND THE UNIVERSITY MANAGEMENT
Abstract In this aticle, it is proposed to involve Argentinean universities in a program to rebuild the country after the current pandemic. The capacity that universities have to carry out diverse projects is highlighted. Some possible initiatives are listed.
1. INTRODUCCIÓN Los actores sociales, gobiernos, empresarios, trabajadores, ciudadanos, están reaccionando para resolver los problemas inmediatos. Pero las universidades tienen la capacidad para pensar más allá de la coyuntura,pueden pensar el futuro. Pueden contribuir a repensar el modelo de desarrollo. Pueden proponer Biopolíticas para la reconstrucción del país. Porque lo que está en juego es la calidad de vida en un contexto donde el 50% de la población padece la pobreza.
La universidad, como centro de creación de conocimientos y de formación de valores, debería valorizar los principios bioéticos y la responsabilidad social para apoyar el proceso de reconstrucción post- coronavirus. Con la Pandemia las cuestiones vitales, junto con la pobreza y la crisis económica, han pasado a primer plano. Parece lógico esperar entonces que la sociedad y las universidades piensen en Biopolíticas, en políticas de vida, para afrontar el futuro.
La reconstrucción económico-social post-coronavirus exige una movilización extraordinaria de recursos del Estado y la sociedad. La crisis económica requerirá optimizar las organizaciones, crear nuevos emprendimientos y generar empleosLas universidades nacionales tienen un capital intelectual adecuado para generar proyectos de innovación, emprendimientos y consorcios con empresas u organismos del Estado para resolver problemas. De hecho, en las últimas décadas las universidades públicas crearon más de 600 proyectos de este tipo.
Cooperar con una política de reconstrucción sería coherente con los Objetivos del Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas a los que ha adherido la Argentina. Por otra parte, la Responsabilidad Social de las Universidades Nacionales ha sido proclamada en declaraciones públicas y en los estatutos universitarios.
Bioética y Responsabilidad Social Universitaria son principios convergentes que pueden ser aplicados para enfrentar la reconstrucción que el país necesita en la etapa post-coronavirus.
El enfoque coherente de las Universidades Nacionales para cooperar con la reconstrucción del país debería ser la búsqueda de un modelo de desarrollo con uso intensivo del conocimiento y con voluntad de inclusión social igualitaria. Tenemos que salir de los desafíos actuales con una democracia vital e igualitaria y con un proyecto de desarrollo inteligente que aproveche todo el potencial científico, educativo y profesional del país.
Hay que tener en cuenta que tenemos más de 4 millones de estudiantes en la educación superior y más de 80.000 investigadores en el sistema científico. Por otro lado, cerca del 25% de la fuerza de trabajo tiene estudios superiores. Lo que implica que las universidades tienen una centralidad estratégica que el país necesita para reconstruirse.
¿Qué estrategias serían posibles desde esta perspectiva? Algunos de los objetivos del compromiso universitario con la reconstrucción post-coronavirus podrían ser:
• Incluir la Responsabilidad Social Universitaria – RSU en todas las carreras de las Universidades Nacionales de acuerdo con los principios de la Constitución Nacional, de la Ley de Educación Superior, de los Derechos Humanos y de otros compromisos institucionales ya asumidos.
• Asumir la informatización de la sociedad y de las universidades como una nueva realidad que nos puede permitir asegurar el acceso universal a la educación y la adopción de un nuevo modelo de desarrollo con uso intensivo del conocimiento. Si no hacemos eso no podremos asegurar la igualdad de oportunidades en la Educación y en la sociedad.
• Crear proyectos que faciliten la inclusión educativa y laboral de los jóvenes. En la actualidad más de un millón de jóvenes entre 17-24 años no estudia ni trabaja.
• En las Facultades de Derecho es necesario reforzar las competencias bioéticas de los futuros graduados. También deberían mejorarse las capacidades para modernizar el sistema judicial.
• Combatir la pobreza en cooperación con organizaciones sociales y organismos del Estado. Varias universidades ya tienen experiencias en este sentido.
• Promover el crecimiento económico mediante la creación de emprendimientos productivos. Las universidades nacionales han creado veinte incubadoras de empresas, pero se pueden multiplicar estas experiencias a fin de favorecer la creación de empleos y el crecimiento económico.
• Contribuir a la modernización de las empresas mediante proyectos de innovación tecnológica. El atraso tecnológico de las empresas nacionales no favorece las exportaciones ni la competitividad. Apoyar la modernización de las PYMES para volverlas más competitivas, inteligentes y ecológicamente sustentables. Diseñar proyectos de desarrollo en cooperación con empresas, organismos del Estado y organizaciones sociales
• Contribuir a la defensa de los recursos naturales mediante proyectos sustentables desde el punto de vista ecológico. Actualmente ríos y montañas contaminados, pueblos que sufren los efectos de las fumigaciones, la falta de políticas de urbanización adecuadas, amenazan las condiciones de vida de mucho argentinos.
Existen antecedentes y experiencias de las universidades nacionales en cada uno de estos temas. En la etapa actual podríamos adoptar “biopolíticas para la reconstrucción” valorizando al mismo tiempo los valores vitales y la capacidad de las universidades para resolver los problemas mediante los conocimientos científicos y tecnológicos.
De acuerdo con las situaciones que estamos viviendo se podría organizar con todas las Facultades de Medicina un programa para fortalecer el sistema de salud optimizando los recursos, articulando con eficiencia los distintos prestadores públicos y privados para garantizar una cobertura universal de calidad.
Las carreras de Informática pueden contribuir a realizar un objetivo ya propuesto en la administración estatal, cual es, el de optimizar el sistema de gestión público mediante la digitalización de los procedimientos y la racionalización de servicios. Asimismo, podría contribuir a universalizar el acceso al aprovechamiento de los recursos informáticos con participación de todos los estudiantes de informática. Esto permitiría superar la brecha tecnológica que padecen los sectores con menos recursos.
Desde cada unidad académica, desde cada universidad, existen posibilidades para contribuir a mejorar la calidad de vida en nuestra sociedad. La convergencia en torno a este propósito depende de la consciencia bioética de los claustros y de los dirigentes universitarios. Podemos aprovechar los desafíos del presente para avanzar hacia una democracia inteligente, vital e igualitaria.
Finalmente, pocos perciben que a nivel global la Pandemia a puesto de manifiesto grandes fracasos de la gestión tanto pública como privada en muchos países. Esto ratifica la pertinencia de las preocupaciones para mejorar la gestión universitaria y la gestión del Estado en general.
*Originalmente material del Foro sobre Bioética, Biopolíticas y Post Coronavirus organizado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires en formato virtual, el 25 de junio de 2020
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Gestión Universitaria http://www.gestuniv.com.ar |
Vol.:13 |
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URL http://www.gestuniv.com.ar/gu_35/v13n2a1.htm |