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Technical note |
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Migración y movilidad de investigadores: la situación Argentina
Lucas Luchilo
Centro Redes Resumen El propósito de este trabajo es dar cuenta de la situación actual en materia de migración y movilidad de científicos argentinos. Para ello, se reseñan brevemente las transformaciones globales que constituyen el marco básico para la comprensión de la situación argentina y se señalan algunas limitaciones importantes en las fuentes de información disponibles. A continuación se presentan algunas evidencias sobre las tendencias recientes sobre movilidad y migración de investigadores argentinos, procurando establecer algunos parámetros sobre su magnitud y composición. Finalmente, se sintetizan las evidencias sobre la selectividad de la emigración calificada de argentinos.
Migration and mobility of scientists from Argentina Abstract The purpose of this paper is to report the current situation regarding migration and mobility of scientists from Argentina. To do so, briefly describes the global transformations that constitute the basic framework for understanding Argentina’s situation and identifies some important limitations in the available information sources. Here are some evidence of recent trends on mobility and migration of researchers from Argentina, seeking to establish some parameters on the magnitude and composition. Finally, we summarize the evidence about the selectivity of skilled emigration of Argentines.
1. Las transformaciones globales El elemento básico que debe tomarse en cuenta al analizar las migraciones calificadas en los últimos años es la profundidad de las transformaciones que se han producido. El interés por este tema –relativamente apagado en la década de 1980– se activó a principios de la década de 1990. Esta renovada preocupación se inscribió en el marco de una serie de procesos que, con mayor o menor rigor conceptual, se agruparon bajo el rótulo de globalización. Probablemente el proceso de mayor visibilidad e impacto de corto plazo fue la emigración de decenas de miles de científicos y profesionales altamente calificados desde los países del bloque soviético a partir de 1989. Otros estuvieron más directamente ligados con la nueva configuración de la geografía económica mundial, en particular la emergencia de una red de vínculos cada vez más densa entre los Estados Unidos, la Unión Europea y los países del Asia oriental. Estos procesos coincidieron con cambios tecnológicos y productivos que favorecieron la integración de empresas e instituciones de distintos países en una trama cada vez más comprensiva. En este nuevo escenario, los cambios que se produjeron en las migraciones calificadas fueron profundos. Afectaron tanto a la escala, composición y tipos de migración predominantes como a las políticas y a los enfoques conceptuales utilizados para dar cuenta del fenómeno. En un plano más general estas transformaciones se inscribieron en lo que Castles llamó la “nueva era de las migraciones”. Los datos recientes sobre las migraciones internacionales confirman esta caracterización. Uno de los más significativos es el cambio en la dirección de los flujos. Hasta 1990 la mayor parte de los movimientos de población se producían entre los países subdesarrollados, sobre todo entre los que compartían fronteras. En los censos de la ronda de 2000, esta tendencia se invirtió y los flujos principales se dirigieron a los países desarrollados. En otros términos, el crecimiento de los flujos migratorios en la década de 1990 fue sur-norte o norte-norte. Probablemente el país que mejor ejemplifica esta tendencia es los Estados Unidos, que pasaron de 19 millones de nacidos en el extranjero en 1990 a 31 millones en 2000, llevando el porcentaje de nacidos en el extranjero sobre la población total al 12%, la mayor proporción desde la época de las grandes migraciones de fines del siglo XIX. Otra transformación significativa fue el aumento de las calificaciones educativas de los migrantes. Creció la cantidad de migrantes calificados, su proporción en el conjunto de los movimientos migratorios y, más específicamente, la cantidad de migrantes de algunos grupos especialmente relevantes para el desempeño científico y tecnológico de los países receptores de los migrantes. Esta tendencia es particularmente visible en la inmigración hacia los países de la OCDE. De acuerdo con los datos de los últimos censos nacionales, hay más de 18 millones de graduados de educación superior nacidos en el extranjero que residen en los países de la OCDE. En las estimaciones de Docquier y Marfouk, entre 1990 y 2000 la cantidad de migrantes calificados en los países desarrollados aumentó un 66%. El crecimiento de la migración calificada ha sido particularmente importante para algunos grupos de profesionales que cubren posiciones clave para el despliegue de las economías basadas en el conocimiento. El ejemplo más frecuentemente citado para evidenciar este fenómeno es el de la participación de los doctores en ciencias e ingeniería extranjeros en el mercado laboral estadounidense. El 40% de los doctores en ciencias e ingeniería empleados en los Estados Unidos nacieron en el extranjero. Junto con estos cambios en la escala de la migración calificada puede apreciarse una diversificación en los tipos de movilidad, y en los países de origen y destino. Si en las décadas de 1950 a 1970 los Estados Unidos constituían el destino abrumadoramente mayoritario, desde la década de 1980 han comenzado a perder peso relativo, aun cuando siguen siendo el principal país de atracción de migrantes calificados. Para los latinoamericanos, la atracción de los países europeos –sobre todo de España– está funcionando cada vez más como una alternativa competitiva con los Estados Unidos. Aunque los movimientos de personas no tienen la misma dinámica o velocidad de los de capital o de comunicaciones, en buena medida son facetas de un mismo proceso. El incremento de las visas otorgadas por los Estados Unidos entre 1991 y 2003 para las categorías H1B y de Transferencias dentro de compañías –orientadas a personal calificado, sobre todo en tecnologías de la información– revela la estrecha relación entre la expansión de los vínculos comerciales, productivos y financieros y la movilidad de personal calificado. En ambos casos se trata de personal calificado y las tendencias son similares: en un período de diez años se triplicaron las visas H1B y se quintuplicaron las de transferencias dentro de compañías. Las tendencias reseñadas revelan un panorama más complejo que el de las décadas precedentes. Es probable que algunas de estas tendencias ya estuvieran presentes en el período previo y que la concentración de la atención en la migración permanente de profesionales no haya permitido apreciarlas. Sin embargo, los datos reseñados ponen en evidencia un cambio de escala y de características en la movilidad internacional de personal calificado. Estos cambios fueron promovidos o acompañados por modificaciones en las políticas migratorias de los países interesados en atraer personal calificado. Los gobiernos de los países desarrollados intensificaron sus esfuerzos por reclutar internacionalmente los profesionales y técnicos que sus economías requieren y por instrumentar políticas para facilitar el ingreso de personal calificado extranjero. En los Estados Unidos, la principal innovación fue la implementación de programas de migración temporaria para personal calificado. Esta tendencia a privilegiar las calificaciones educativas y las competencias ocupacionales en la legislación migratoria fue común a varios los países desarrollados. La mayor movilidad de personal calificado ha sido también una consecuencia de la competencia entre instituciones y países por los recursos humanos. Esta competencia no se limita a los profesionales de los países menos desarrollados, sino que comprende también a los de los países desarrollados. Uno de los ámbitos donde esta competencia se ha intensificado es el de la educación universitaria, en el que las universidades compiten por estudiantes de grado y de posgrado y por profesores (Wycoff y Schaaper, 2006). La visión predominante sobre los impactos de la movilidad y migración calificadas continúa siendo negativa. Como señala un trabajo reciente sobre el tema “a diferencia del comercio, en donde la teoría económica de las ventajas comparativas sugiere una tendencia hacia la convergencia, la teoría económica sugiere que la migración de profesionales, técnicos y afines puede incrementar la desigualdad acelerando el crecimiento en los destinos y retrasándolo en los países de origen”. Sin embargo, existen concepciones revisionistas acerca de los impactos de la “fuga de cerebros”, que postulan la posibilidad de obtener ganancias de la pérdida. Algunos de los argumentos para sostener esta idea son de dudosa validez. Por ejemplo, la idea de que un efecto benéfico de la emigración es el estímulo del ingreso a los estudios universitarios de jóvenes que en otras circunstancias no lo hubieran hecho. Más allá de que el argumento pueda ser plausible como hipótesis de investigación, parece imposible de probar. Otra línea más sólida se refiere al impacto de las remesas de los emigrantes sobre la actividad económica de sus países de origen. El rápido crecimiento de las remesas hacia los países en desarrollo que ha acompañado el incremento de los flujos migratorios constituye un elemento importante a tomar en cuenta para estimar el impacto de la “fuga de cerebros”, sobre todo para algunos países. Finalmente, la idea de que las diásporas de emigración calificada constituyen un recurso que los países en desarrollo pueden utilizar para sostener el crecimiento de sus economías ha sido sugerida en un conjunto de trabajos y ha concitado interés en organismos internacionales, como una alternativa a la “fuga de cerebros”. 2. Las limitaciones de información La insuficiencia de las fuentes de información es un lugar común de los estudios sobre migraciones internacionales y sobre movilidad del personal calificado. En el Handbook of Economic Globalisation Indicators de la OECD se señala que una de las razones de la ausencia de indicadores de migración de personal calificado es “la falta de progreso en la recolección de los datos relevantes, o el hecho de que la recolección de datos plantea dificultades que descartan la propuesta de recomendaciones prácticas”. Algunos de los problemas de información son generalizados y se presentan tanto en los países desarrollados como en los subdesarrollados. Otros son específicos de una región o de algunos de los países. Si bien en los últimos años se están llevando adelante varias iniciativas para mejorar la cobertura, calidad y accesibilidad de la información, los datos disponibles cubren de manera parcial el conjunto de dimensiones relevantes en los procesos de movilidad y migración. En términos generales, puede decirse que el núcleo central de los problemas que enfrenta la producción de información sobre movilidad internacional de RHCT –y que comparte con otros tipos de movilidad– es la distancia entre la variedad de situaciones de movilidad que se observan en la actualidad y los instrumentos utilizados para registrarlas. En otras palabras, los sistemas de registro de los movimientos internacionales de personas solamente pueden captar algunos aspectos del heterogéneo conjunto de situaciones de movilidad. Para el caso de la movilidad y migración de investigadores argentinos, estas limitaciones son importantes. Como se observa en la sección siguiente, hay buena información exclusivamente para los Estados Unidos, elaborada y difundida por la National Science Foundation. Para Europa y América Latina, las fuentes son escasas y la información disponible no es sistemática ni con adecuada cobertura. 3. Una estimación del stock de investigadores argentinos residentes en el exterior ¿Cuántos de los nacidos en la Argentina con educación superior que residen en el exterior pueden ser agrupados en la categoría “científicos e ingenieros”? La propia categoría presenta algunas dificultades. Se trata de la categoría que utiliza la NSF y que comprende las disciplinas y las ocupaciones asociadas con ciencias naturales y exactas, las ingenierías en sentido amplio y las ciencias sociales. No incluye, por ejemplo, la medicina, el derecho, la administración, y las humanidades y la educación. Por lo tanto, no representa al conjunto de los investigadores. Pero dado que es la clasificación utilizada por las fuentes disponibles de mejor cobertura, es la que suele adoptarse. Partiendo de los datos de de la base SESTAT de la NSF, en el cuadro 1 se presentan los datos generales y los correspondientes a la Argentina acerca de los recursos humanos en ciencias e ingeniería. El conjunto de los recursos humanos en ciencias e ingeniería está integrado por todos aquellos que tienen un grado en esos campos o aquellos que sin tener un grado en esos campos tienen una ocupación en ciencias o ingeniería. Dentro de ese conjunto, se puede distinguir entre aquellos que activos y no activos en I+D. Cuadro 1. Estados Unidos: Recursos Humanos en Ciencias e Ingeniería, por lugar de nacimiento. Años 1999 y 2003
Fuente: SESTAT
Los datos de SESTAT permiten una aproximación razonablemente fiable a la emigración altamente calificada hacia los Estados Unidos. Pero los Estados Unidos no son el único destino migratorio. ¿Es posible estimar la cantidad total de científicos e ingenieros argentinos residentes en el exterior, para tener una visión más precisa de la pérdida de científicos? Un modo de hacerlo es considerar que la emigración a los Estados Unidos representa un determinado porcentaje del total y calcular el total de doctores emigrados a partir de ese porcentaje? El problema es, entonces, establecer el porcentaje. Para el caso argentino, Albornoz, Alfaraz y Fernández Polcuch han estimado que los científicos e ingenieros argentinos residentes en los Estados Unidos representan un 40% del total. ¿Es una proporción adecuada? Un par de elementos permiten afirmar que es un orden de magnitud aceptable. Uno de ellos es que la proporción de nacidos en la Argentina graduados de educación superior en Estados Unidos sobre el total de nacidos en la Argentina graduados de educación superior en países de la OCDE era hacia el 2000 del 43,6%. Es decir, si la distribución de científicos e ingenieros es similar a la de profesionales, el 40% postulado por los autores citados es un supuesto razonable. El otro dato que puede servir de referencia para estimar cuánto representan los científicos e ingenieros nacidos en la Argentina y que residen en los Estados Unidos sobre el total de científicos e ingenieros nacidos en la Argentina que residen en el exterior es el de estudiantes universitarios argentinos en el exterior. Suponiendo tasas de permanencia similares, la proporción de estudiantes universitarios en el extranjero puede ayudar en la estimación propuesta. Para el año 2003 –que es el último que tenemos en la base SESTAT– había 8.352 argentinos estudiando en universidades de países de la OCDE. Entre ellos, 3.644 estaban en universidades estadounidenses, lo que representa un 43,6% del total. Los datos presentados no comprenden información sobre destinos fuera de la OCDE. La omisión de Brasil puede ser importante, pero no modifica el orden de magnitud propuesto. Si se aceptan estos datos y el porcentaje propuesto, puede hacerse una primera estimación del total de científicos e ingenieros argentinos residentes en el exterior activos en I+D. Se propone realizar cuatro estimaciones, de distinto grado de cobertura. La primera toma como referencia el universo de los recursos humanos en ciencias e ingeniería argentinos residentes en el exterior. La segunda comprende a los recursos humanos en ciencias e ingeniería ocupados en I+D. La tercera comprende a los argentinos titulados de doctorado que residen en el exterior. La cuarta intenta calcular la cantidad de investigadores argentinos residentes en el exterior. Para cada una de las estimaciones se contrastan los resultados obtenidos con universos similares en la Argentina, de modo de poder contar con una aproximación a la pérdida. Estimaciones sobre el conjunto de científicos e ingenieros Esta estimación parte de la adopción del número total de recursos humanos en ciencias e ingeniería argentinos residentes en los Estados Unidos, se asume que representan el 40% del total y se calcula ese total. Los recursos humanos en ciencias e ingeniería argentinos en los Estados Unidos eran en 2003 alrededor de 14000, por lo que el total mundial ascendería a 35000. Este total representaría un poco más del 30% del total de graduados de educación superior argentinos residentes en el exterior censados en países de la OCDE. ¿Es posible estimar cuánto representa este conjunto en relación con el total de recursos humanos en ciencias e ingeniería en la Argentina? Como en otros casos, las comparaciones son difíciles, por dos motivos principales. Por una parte, no todas las disciplinas incluidas entre lo que la NSF considera “científicos e ingenieros” coincide con las utilizadas en el censo argentino. Por otra, la clasificación de ocupaciones del censo argentino no permite la comparación con las utilizadas por la NSF. A pesar de esto, puede hacerse una estimación sobre la base de los datos censales, complementados con los provistos por la Secretaría de Políticas Universitarias. De acuerdo con esas fuentes, puede estimarse que el total de graduados universitarios en la Argentina hacia 2003 era de alrededor de 1.300.000. Dentro de ese conjunto, los científicos e ingenieros pueden estimarse en unos 350.000, alrededor del 30% del total. Dentro de este conjunto, los ingenieros son alrededor de 120000 y los graduados de ciencias exactas y naturales unos 42000. Por lo tanto, de acuerdo con estas estimaciones, los científicos e ingenieros argentinos residentes en el exterior representaban en 2003 alrededor del 10% del total de científicos e ingenieros residentes en la Argentina. La estimación de los recursos humanos en ciencias e ingeniería ocupados en I+D Para realizar esta estimación se toma el total de científicos e ingenieros ocupados en I+D en los Estados Unidos, se asume que representan el 40% del total y se calcula ese total. Dado que los científicos e ingenieros argentinos ocupados en I+D en los Estados Unidos son 5782, el total mundial debería ser de 14455. ¿Puede estimarse cuánto representa ese total sobre la dotación argentina de científicos e ingenieros? La comparación es difícil, en la medida en que los criterios de clasificación no son homogéneos. De manera tentativa, se puede tomar como referencia el total de personal en ciencia y tecnología. Dado que ese total para el año 2003 era de 55635, los científicos e ingenieros argentinos residentes en el exterior representarían el 26% del total del personal en ciencia y tecnología ocupado en la Argentina. La estimación de los doctores Una tercera estimación toma como referencia a la población de doctores argentinos residentes en el exterior. De acuerdo con la estimación de SESTAT, dentro de los 14000 científicos e ingenieros nacidos en la argentina y residentes en los Estados Unidos, unos 2000 tienen título de doctor. Si se aplica el mismo criterio de proporción, el total de doctores argentinos residentes en el exterior debería ser de alrededor de 5000. De acuerdo con los Indicadores de ciencia y tecnología 2006, entre los investigadores argentinos, 11649 tenían grado de doctor. Por lo tanto, los doctores argentinos residentes en el exterior representaban alrededor del 43% de los residentes en el país. ¿Se puede estimar la cantidad de investigadores argentinos residentes en el exterior? Como se ha señalado previamente, SESTAT no utiliza la categoría “investigador”, lo que torna difíciles las comparaciones. De cualquier modo, la NSF proporciona una estimación de la cantidad de investigadores en los Estados Unidos. Para 2003 era de alrededor de 1.400.000 en equivalente a jornada completa. Es difícil calcular a cuántas personas físicas equivale ese total, pero puede estimarse –extrapolando sobre la base de países con perfiles de distribución de investigadores similares a los de los Estados Unidos– que la cantidad de personas físicas puede ser del orden de un 30% más que la cantidad en equivalente a jornada completa. De acuerdo con este criterio, para 2003 los investigadores estadounidenses en personas físicas deberían ser alrededor de 1.800.000. Esto significa que los investigadores representaban un 45% del total de los científicos e ingenieros activos en I+D. Si se asume una pauta análoga para los argentinos, puede estimarse que de los 5782 científicos e ingenieros argentinos activos en I+D, unos 2600 eran investigadores. Extrapolando esa cifra para obtener el total de investigadores argentinos en el exterior, se llega a un total de 6500 investigadores. Estos 6500 investigadores representaban en 2003, un 18% del total de investigadores residentes en la Argentina. Cabe señalar la diferencia entre los perfiles de formación de ambos conjuntos: mientras que casi todos los investigadores residentes en el exterior tienen doctorado, para los residentes en la Argentina los doctores representan entre el 25% y el 30% del total. 4. La selectividad de la emigración altamente calificada argentina Más allá de las limitaciones de las fuentes y del carácter aproximado de las estimaciones, puede señalarse con claridad un rasgo significativo de la emigración calificada argentina: su alta selectividad. Como se observa para los distintos conjuntos analizados, a medida que crecen los niveles de calificación, mayor es el porcentaje de argentinos residentes en el exterior sobre los argentinos residentes en el país con el mismo nivel de calificación. Sintetizando los datos presentados en los apartados previos, se observa que:
Como se señaló previamente, estas cifras solamente indican un orden de magnitud y una tendencia. De cualquier modo, evidencian que la dotación de recursos humanos en ciencias e ingeniería argentinos residentes en el exterior es significativa en relación con la dotación local. Notas De Tinguy, Anne La grande migration. La Russie et les Russes depuis l'ouverture du rideau de fer, Paris, Plon, 2004 Castles, Stephen y Miller, Mark, The Age of Migration: International Population Movements in the Modern World, Nueva York, The Guilford Press, 1993. Docquier, Frédéric y Marfouk, Abdeslam, International Migration by Education Attainment, 1990–2000, en Ozden, Caglar and Schiff, Maurice, ed., International Migration, Remittances and Development, 151-199. New York, Palgrave and Macmillan, 2006 McLaughlan, Gail and Salt, John Migration Policies towards Highly Skilled Foreign Workers. Report to the Home Office, Migration Research Unit, Geography Department, University College London, 2002 Wycoff, Andrew y Schaaper, Martin “The changing dynamics of the global market for the highly-skilled”, paper presentado a la Advancing Knowledge and the Knowledge-Economy Conference, National Academy of Science, Washington. D.C., January 2005, página 3 Martin, Philip Highly Skilled Labor Migration: Sharing the Benefits, Geneva, International Institute for Labour Studies, 2003 Commander, Simon, Kangasniemi, Mari, y Winters, L. Alan “The brain drain: A review of theory and facts”, Brussels Economic Review, Bruxelles, Editions du DULBEA Vol. 47 - n°1, Spring 2004 Luchilo, Lucas “Redes migratorias de personal calificado y fuga de cerebros”, en Albornoz, Mario y Alfaraz, Claudio, editores (2006): Redes de conocimientos: construcción, dinámica y gestión, Buenos Aires, RICYT/UNESCO/CYTED/REDES, 2006 Las disciplinas y ocupaciones incluidas y excluidas de SESTAT pueden consultarse en http://www.nsf.gov/statistics/sestat/sestatfaq.cfm#question003 Albornoz, Mario Alfraz, Claudio y Fernández Polcuch, Ernesto “Hacia una nueva estimación de la fuga de cerebros”, Buenos Aires, Centro Redes, Documento de trabajo Nº 1, 2002 De acuerdo con la definición del Manual de Frascati, “los investigadores son profesionales que trabajan en la concepción o creación de nuevos conocimientos, productos, procesos, métodos y sistemas y en la gestión de los proyectos respectivos”.OCDE, “Propuesta de norma práctica para encuestas de investigación y desarrollo experimental - Manual de Frascati”, OCDE, Paris, 2002. |
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Gestión Universitaria http://www.gestuniv.com.ar |
Vol.:02 |
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Recibido el: 01-03-2010 ; Aprobado el: 05-03-2010 |
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URL http://www.gestuniv.com.ar/gu_05/v2n2a1.htm |